La poesía es el alma de la vida misma
libre en su vuelo
nos lleva a rincones insospechados
de países imposibles
de mágica utopía
o a la cruda realidad
de los infiernos que sufrimos
en silencio y agonía
y total abnegación,
pero siempre con la elegancia
de aquél que vierte
su sangre
desde el tintero de sus venas
hasta el desierto del papel,
haciéndole florecer
completamente.
Hay poetas de poetas y hay escritores rebuscados. No es poesía tomar un diccionario, buscar cien palabras elitescas y armar con ellas un tema plástico dándole vueltas una y otra vez al mismo disco rayado. (La técnica es buena el fin es errado)
Es poeta el que logra plasmar con sencillez y elegancia la sensibilidad en la hoja de papel, aquél que cincela una lágrima a la mejilla, aquél que tatúa una sonrisa a flor de labios, aquél que tañe una soberana carcajada en boca ajena...
Hacer brotar un manantial de emociones, forjando rabias y enconos solidarios, despojando a la solidaridad de sus mieles, fraguando embestidas de empatía: Eso... ¡eso sí que es poesía!
¿De qué sirve el tema plástico repetitivo? falto de sensibilidad e imaginación, falto del coraje de abarcar lo desconocido por temor al fracaso y a la burla. ¡Dos mil quinientos fracasos encendieron un bombillo! e innumerables fueron las burlas que pincelaron la Gioconda. Y la historia nunca recuerda los errores de los genios, sólo estampa sus aciertos...
El escritor plástico rebuscado, aquél que teme experimentar es un famoso efímero; nadie lo recuerda post-mortem.
Pero el osado, el valiente, el que sabe que cada basura que imprime en la hoja es un paso más hacia su joya literaria, ese que comprende que cada fracaso asumido es un escalón más hacia su estruendoso éxito, y a pesar de burlas y de errores no se amilana, -disciplina, dedicación y práctica, mucha práctica- ése...ese es quién trasciende la muerte.
Tomar un diccionario, hallar cien palabras elitescas y armar con ellas un carrusel que le da vueltas eternamente al mismo eje, eso... eso lo hace un niño de diez años ¡y le queda bien! hueco, insípido, pero bien.
Y parafraseando el refrán: "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda" debo decir, sin pelos en la lengua: -Aunque el trillado se unte de literatura, trillado permanece-
He dicho
Gústele a quién le guste y duélale a quién le duela...
Si todas las guerras fueran como las que libran los poetas: un conjunto de batallas campales para vencer a la métrica, para someter a la rima, y domeñar al acento tónico obligándolo a caer de hinojos en la sílaba deseada;
para abatir a la metáfora y gobernar las metonimias, para embestir hipérboles esclavizando las parábolas, y controlar la alegoría como un jinete a su caballo de paso, y aun saquear toda figura de sus tesoros literarios...
Si todas las guerras fueran como las que libra el poeta ¡Qué lindo sería el mundo!; ¡y qué distinto este planeta!
Siempre la llevo en mi bolsillo cuadradita azulita con resorte que retiene las hojitas.
Siempre llevo mi libreta porque el verso, cuando llega sin aviso y sin protesta me acorrala donde sea y si dejo mi libreta pues el verso se me olvida, me abandona y se retira se retira para siempre.
Nunca dejes tu libreta, llévala siempre contigo, para el banco, para el bar para el metro o la mansión el trabajo, la estación, el dentista y el doctor y hasta para la poceta que si no se te ocurren versos pues para algo servirá...
Nota: en Caracas, se le llama poceta al Water Close
Me niego a aceptar a la estética como única razón de mi poesía, que sirva para algo más que embellecer el polvo de los libros, que sirva para algo más que adornar los silencios de los cultos, quiero crear el poema catártico quiero hallar el poema orientador, quiero lograr el poema empático quiero rehacer el poema embriagador…
¡Que nadie diga que escribo lindo! ¡que nadie diga: - no entiendo nada-! que nadie piense: -este es un sabio- si nada obtienen de mi versar…
Me niego a aceptar a la belleza como único fin de mis escritos; que sirvan para algo más que embellecer el moho de la historia…
Para hacer una casa no bastan los planos, hacen falta también los bloques las cavillas y el cemento. En la poesía, los bloques son las palabras; las cavillas son la rima y la métrica y el cemento se refleja en la técnica; y en las figuras literarias,
Además: La poesía no se engendra en la hoja de papel. Se engendra en la mente mucho antes de ser plasmada. Se engendra objetiva y subjetivamente, en la observación del entorno y del propio mundo interior, a través de la contemplación, de la meditación, del dialogo interior de la visualización.
La poesía no se construye tan sólo con el raciocinio, se elabora con ambos lados del cerebro, y con el corazón, desde el alma.
Observar, Contemplar, Meditar, Dialogar, Visualizar, de allí surge la magia lírica que pare a la poesía en la hoja de papel.
Busco las palabras para mi poesía, como ciego en bosques bajo luna impía. Busco los vocablos para mi escritura como un loco busca su caricatura.
Busco reflexiones debajo de hondos sueños y meditaciones de días caraqueños. Busco entre conflictos, recuerdos y dilemas, todos los invictos terrenos del poema.
Y en filosofías yo busco simplemente al taller interno tallando la simiente. Busco entre las ciencias las nuevas herramientas para descubrir cantatas parturientas.
Busco en las canciones sonido y melodía; busco nitidez de ritmos y armonía. Busco en las sonatas la clara diafanidad, dada al verso con un son de realidad.
Y en el arte busco cinceles y pinturas, que hagan de mis versos perfectas esculturas. Busco, busco y busco y seguiré buscando, hasta que me encuentre poesías fabricando.
Busco la realización de una poesía sistémica, científico-ecológica, humanista y psicológica, onírica y subliminal, para arrasar con la mediocridad del hombre moderno.
Estoy a la caza de creencias infiltradas; sin permiso de nadie, que motivan comportamientos despiadados e inhumanos, escabrosos e indeseados, para así recuperar el control sobre mi mismidad…
Hago lo que no quiero hacer y lo que mi corazón desea, lo evito.
Lloro cuando quiero gozar, reír y cantar y cuando quiero llorar, no lo consigo...
Detesto los vicios, aun así fumo; aborrezco las pornos, aun así veo, amar es lo que más deseo y no puedo.
Demasiadas denigraciones en la infancia y adolescencia: demasiados insultos y ofensas, demasiados ataques verbales y físicos...
Demasiadas trabas y complicaciones en la adultez, demasiados obstáculos e impedimentos.
Toda la vida fui un juguete del diablo fui un bufón de Dios y ya me cansé de esta tragicomedia cósmica, así que bajo el telón.
Las preguntas que me llevaron a botar miles de poemas a la basura siguen rondando mi mente: ¿Para qué? ¿Para quién?...
por ello hasta tanto el mismísimo Dios no me diga claro y raspado que me quiere poeta, no vuelvo a colocar dos palabras en un verso, y así; te digo adiós poesía.
Es la poesía la que fabrica al poeta, es la palabra la que descubre al artista, el poeta no nace, se forja y se acrisola en los hornos de la sensibilidad y la empatía.
El poeta respira a través de los versos: Hay poetas y hay poesía...
Sabores enhielantes encumbran enhiestas elucubraciones; zorzales en semánticas bandadas alzan vuelo al infinito.
Desterronando ideas de parajes intangibles, propongo una indicción a las metáforas y alegorías que hacen hiperbólica sorna de mis pretensiones, de mi osadía.
Un carbúnculo estampado en la etérea mejilla de tu cutis, me recuerda al símil berroqueño; que calla y se oculta tras viandas perecederas de ávidas culturas.
Comprender al poeta tú puedes, hermano si despojas tu cuerpo del barullo que brama desde el fondo del alma, sudario mundano; si levantas los ojos hacia cielos de lata y lees en las estrellas sus versos de plata.
El poeta es palabra; sangre y fuego que emanan y aprietan corazones en saludos con alas, es aliento inspirado en las locas tonadas que cruzan el espacio en cometa de espadas. El poeta es la luz que surge de la nada es el agua del río que quiere ser liberada.
Donde nacen los niños el poeta es un hada, donde mueren los hombres es la vida apagada, el poeta es el viento, es la gran fogarada que toca el firmamento con sus dulces baladas. Es el fuego y la nieve, la tormenta y la calma. Para entender al poeta hay que desnudar el alma colocando nuestro cuerpo en maleta sellada.
Los poetas del mundo hablamos con voz dorada pues todos estamos tallados con la misma daga. El poema es amor, canto dulce que engalana el sentimiento puro que cada corazón calla. El poema es dolor, herida que nunca sana grito que rasga las sienes noche y mañana, atardecer lánguido que luce su sotana.
El poema es alegría, fiesta que se eterniza, es baile y canto, danza, vino fiesta y risa. El poema es el todo, el poema es la nada es el llanto de un niño o su triste mirada, es el néctar que liban en el limbo las almas, el resumen del cosmos expresado en palabras.
No quieras entender al poeta, hermano si antes no consigues tu propio ser humano
La rima está por todas partes, esa es la rima que compartes está en mi gata que pide agua, está en las aguas de pecera, es como un pez en la bañera, es como aurora de alba fragua.
Es como un verde muy salpicado por nuestra vida variopinta, y es cual la vida algo distinta de un gran desierto amarillado.
Es como albino paraje ártico y cual blancor del viejo antártico, es; del páramo, frailejón y magno vuelo de un halcón.
Es el planeta, aquél que rima; con su total humanidad; con su cabal maternidad ella arrulla y también nos mima.
"El que tenga ojos que vea el que tenga oídos que oiga" (Jesús de Nazaret)